Cuando te conoces a tí mismo eres poderoso, cuando te aceptas a tí mismo, eres invencible

«Cuando te conoces a tí mismo eres poderoso, cuando te aceptas a tí mismo, eres invencible.»
Eliud Kipchoge

Eliud Kipchoge es seguramente el mejor maratoniano de la historia, a punto de bajar de las dos horas en una carrera tan dura como puede ser precisamente el maratón, nada más y nada menos que 42 km.

Algunos pensarán en el estado físico que se debe tener, y sí es totalmente cierto, hay muchos factores de este tipo que contribuyen a ello, pero sin lugar a dudas el elemento imprescindible es el mental.

Los que conocen a Kipchoge lo consideran todo un filósofo, cuando no entrena está leyendo y eso se nota muchísimo, es un pozo de sabiduría sobre la vida, un ejemplo a seguir también fuera del atletismo.

Si te conoces a ti mismo, eres poderoso. Esto es cierto porque sabrás dónde están tus fortalezas y entonces sabrás potenciarlas, pero también sabrás cuáles son tus debilidades y, por tanto, en qué tendrás que trabajar para conseguir eliminarlas o transformarlas en fortalezas.

Pero el resto de la cita es todavía más potente: «Cuando te aceptas a ti mismo, eres invencible

Aceptar quién eres, con todas tus virtudes y defectos, es una fuente de poder inigualable.

La aceptación de uno mismo implica la eliminación de la auto-crítica destructiva así como la comparación constante con los demás.

Es un reconocimiento de que, aunque no somos perfectos, somos suficientes y valiosos tal como somos.

Cuando te aceptas a ti mismo, desaparecen muchas cosas negativas de tu vida.

La inseguridad, la ansiedad por la aprobación de los otros o el miedo al fracaso se disipan y esto es precisamente lo que nos permite avanzar, establecer metas ambiciosas y perseguir logros, porque no estamos pendientes de las expectativas externas.

No todos somos iguales, y no tenemos que serlo.

Seguramente hay pocas cosas más frustrantes que estar constantemente sometidos a la opinión de otras personas, es algo que impide que tengamos cierta paz interior, sin embargo una vez liberados de esa presión si nos aceptamos tal como somos comenzaremos a ser realmente como queremos ser.

Sé que Eliud Kipchoge no es un filósofo como tal pero su estilo de vida aplicada no solamente al deporte sino a la vida, es indudablemente un ejemplo.

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